top of page
12 muertos en París: “Hemos vengado al profeta y hemos matado a Charlie Hebdo”
 

 

«Hemos matado a Charlie Hebdo »gritaba uno de los atacantesmientras corría hacía el coche en el que huiría. Eran las 11.30 de la mañana del miércoles, en el 11º distrito de París, que acoge la sede del diario satírico Charlie Hebdo.Minutos antes, dos hombres encapuchados buscaban a lo largo de la calle el local del semanario y aprovecharon la apertura de la puerta cuando el cartero salía del inmueble.

Llegaron a la oficina de una productora audiovisual y amenazaron a uno de los trabajadores colocándole un arma automática en el vientre mientras preguntaban «¿Es aquí Charlie Hebdo?». Se habían equivocado de oficina, y de portal. Se marcharon, no sin antes lanzar dos tiros que atravesaron la puerta y la ventana de su despacho. La sede se encontraba en el número 10 de la calle  Nicolas-Appert y no en el 6. 

 

Cuando encontraron el edificio, dispararon al recepcionista antes de subir al ascensor que les llevaría hasta la segunda planta. Los periodistas y dibujantes, que se encontraban en plena reunión, fueron sorprendidos por los atacantes  que abrieron fuego con sus kalashnikovs hasta en treinta ocasiones, matando a doce personas e hiriendo a otras once, entre ellos dos agentes de la policía. Según los testigos, «hablaban perfectamente francés» y se reivindicaban de Al Qaeda.

Tras salir del edificio, se oyeron gritos «Hemos vengado al Profeta» y huyeron en un vehículo que abandonarían no muy lejos de allí para cambiar por otro robado. 

 

Máxima alerta

 

Desde ese momento, el Ministerio del Interior declara el máximo nivel de alerta terrorista conocido como Vigipirate. Se trata del atentado más mortífero en el país desde 1961. Para su búsqueda se han movilizado a cerca de 3.000 agentes y un dispositivo policial se ha desplegado en las proximidades de otras redacciones de medios de comunicación y en el transporte público de la capital.

 

Según las últimas informaciones, los miembros del comando han sido identificados como Saïd et Cherif Kouachi de 32 y 34 años, gracias al descuido de uno de ellos que olvidó su carnet de identidad en el vehículo abandonado, mientras que el tercer individuo corresponde a Hamyd Mourad, un joven sintecho de 18 años. Hasta el momento no se ha producido ninguna detención pero la operación policial se centra en la región de Reims, a 130km de París. 

 

El presidente François Hollande ha decretado tres días de duelo nacional y ha asegurado: «Nuestra mejor arma, es nuestra unidad. Nada puede dividirnos, nada puede separarnos ». Horas más tarde, se han producido numerosas manifestaciones espontáneas en todo el país bajo el eslogan « Yo soy Charlie ». El Consejo Francés de Culto Musulmán ha condenado este acto bárbaro « contra la democracia y la libertad de prensa » que ha calificado de «delirios de grupos terroristas que invocan injustamente al islam». 

 

Ataques anteriores

 

Ya en noviembre de 2011, la sede había sido atacada con cócteles Molotov quemando por completo sus instalaciones. Desde entonces, sus oficinas se encontraban bajo protección policial debido a las continuas amenazas e incluso su director, Stéphane Charbonnier alias « Charb », debía moverse con guardaespaldas. Sin embargo, según sus trabajadores, estas amenazas habían perdido intensidad en los últimos meses. 

 

El semanario, que se edita desde 1970 y que cuenta con 50.000 lectores semanales, se mueve entre el humor y la provocación y sus publicaciones no eximen a nadie : desde la extrema derecha, pasando por personalidades del espectáculo como el actor Gérard Depardieu hasta los representantes religiosos. En 2006, el diario publicó una caricatura del profeta Mohammed, lo que levantó gran polémica ; mientras unos lo acusaron de  promover la islamofobia  otros aplaudían la libertad de expresión. 

 

Charlie Hebdo, en su último número, había publicado la caricatura de un grotesco terrorista  bajo el título « Todavía sin atentados en Francia » y que decía « Esperen. Hasta finales de enero podemos ofrecer nuestros mejores deseos». Para muchos, una premonición. 







bottom of page