Cuando mi hijab importa más que mis palabras
En mis primeros años de carrera tuve la ocasión de entrevistar a María Rey, periodista emblemática de Antena 3 que cubre la información parlamentaria. Si hay algo que me marcó de ese encuentro fue la contundencia con la que se refirió a algunos directores de televisión: «les gusta elegir a las mujeres y también la talla que llevan». En ese momento no era consciente de sus palabras pero años más tarde he visto sus efectos. A menudo cuando grabamos en la calle escucho comentar
Querido Enrique
Cuando me enteré de la noticia busqué rápidamente en Google con la esperanza de que fuera una de esas erratas donde se mata al personaje antes de su hora, como ocurrió hace poco con Hugo Chávez. Pero ahí estaba tu obituario en El País. Empecé a recordar entonces tus batallitas entre los amigos, quería hacerles entender lo especial que eras, y eres todavía. Reímos y nos imaginamos ese ataúd que tú querías pedir a medida para levantar bien alto el dedo de honor y nos preguntamo
En el nombre de las cosas
Vivimos en una época donde el futuro es incierto pero todavía lo son más las palabras que lo sostienen. Los eufemismos se han convertido en un resorte que utilizamos para camuflar aquello que puede herir sensibilidades y así burlamos nuestros propios miedos. Hace tiempo que oímos hablar de expedientes de regulación de empleo (ERE), conocidos también como cese de contrato, extinción de la relación laboral o medidas de flexibilidad. Palabras que, motu propio, deambulan por nues